
El día que me atreva, te llamare y primero te
gritaré todo lo que me lastimaste y después de un silencio corto te diré lo
mucho que te amo, que te perdono y que te necesito.
El día que me atreva dejare mi trabajo, mi
casa y mis pertenencias por ir a practicar el trabajo de amar al prójimo, para
encontrar el hogar que me toco por planeta y para descubrir que mis más grandes
pertenecías son intangibles, infinitas y de un valor incalculable.
El día que me atreva voy a viajar por todo el
mundo sin esperar a que una persona me acompañe, un título me respalde o una
fortuna me sustente.
El día que me atreva dejaré salir todo lo que
he guardado y dejaré espacio para cosas nuevas.
El día que me atreva recordaré estas frases y
sabré que aunque costó mucho trabajo lo logre, que aunque quizá tomar el riesgo
costo horas, semanas, meses o incluso años de decisión, lo logre…
Y aunque hoy no es ese día en el que me
atrevo a todo esto y más, me atrevo a comprometerme conmigo a atreverme a
alcanzar ese día, esperando ese día también me alcance a mí.
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